Bienvenido / Napaykullayki / tere§uahe porãite

Este espacio quiere ser el riego constante de una actitud: la actitud intempestiva. Aunque es evidente la referencia a mi autor predilecto, Friedrich Nietzsche, no se reduce a su actitud. El intempestivo es aquel que afirma y se afirma más allá del receptor presente. En nuestro tiempo, lleno de discursos apocalípticos, tiempo que se caracteriza en los textos más antiguos (escritos en sánscrito) con el nombre de Kali yuga, y para colmo en occidente -este occidente al final de todo- en el que nuestro interlocutor encarna la náusea, que mejor que ser intempestivo. No esperar nada. No esperar a nadie (¿cuánto hemos esperado ya?). Afirmar: afirmarse. No se pretende guiar a nadie hacia una creación sectaria-destructiva -ya nos conjuramos tácitamente y caminamos con hediondez de buen ganado, nárcotico en mano, hacia la desaparición- se trata de una actitud en relación a lo único que nos permite una digna "arqueología": el arte y el pensamiento. Palabras que le hablan a la posteridad, porque el receptor ya nunca está presente. Palabras limpias que se saben ensuciar. Palabras fuertes, valientes y ensangrentadas. Palabras intempestivas.

Imágenes para pensar

Imágenes para pensar
Miro el bosque y nos veo: nuestro bosque no tiene raíces, las tiene cada uno de los árboles. Por eso vivimos en el desarraigo...

Buscando la Raíz del Arte...

Existe quizás un realismo olvidado... el realismo de aquellas cosas que se viven en el espíritu, en la imaginación y que en ellos son reales y vivos pero no pueden compartirse físicamente, no pueden ser expresados en un escenario ni fotografiados en un film o en una imagen; sólo en el espacio de lo imaginario, aquel que existe en el espíritu de una intuición que vive de aquello que en ella se le deposita y fenece cuando quiere objetivarlo: en esta peculiar tensión de tener algo que sabemos es maravilloso y no poder dar más que la sombra de una imagen fugitiva, aquí es donde se halla la raíz del arte, sueño de un sueño que no sabemos si hemos tenido -o sufrido- y tampoco sabemos si es que lo sabemos y qué es lo que sabemos.